NOTICIA

‘The Wolf Motives’ inaugura el nuevo curso académico en la Sala MULTIVERSO

‘The Wolf Motives’, de Carles Congost, propone una reflexión sobre la falsa libertad inducida por las dinámicas consumistas en un formato que combina el género documental sobre temas de naturaleza con el lenguaje publicitario más incisivo.

4 septiembre, 2017

Exposición

'The Wolf Motives/Los motivos del lobo'

Perfil

Carles Congost

Cuando, a mediados de los años noventa, Carles Congost terminó la especialidad de Pintura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona su trabajo de fin de carrera no fue un cuadro o una serie de ellos, sino un vídeo. “Conjugar sonido, texto y música con imagen en movimiento me parecía, ya por aquel entonces, una manera natural de acercarme a mis referentes estéticos, más cercanos a la música pop y su envoltorio estético, al cine, la moda y la televisión que a la propia historia del arte”, comenta Congost.

Así comenzó una trayectoria que dos décadas después le ha llevado a producir ‘The Wolf Motives / Los motivos del lobo’, una videocreación que la Fundación BBVA estrenó en su Sala MULTIVERSO el 8 de septiembre y que estuvo abierto al público hasta el 8 de octubre de 2017.

Esta fue la cuarta entrega de la Exposición MULTIVERSO, que la Fundación BBVA puso en marcha el pasado 12 de mayo en la sala del mismo nombre, situada en su sede de Madrid, en el Palacio del Marqués de Salamanca.

La transgresión convertida en producto de consumo

En ‘The Wolf Motives’ Congost recupera y actualiza un antiguo guion que la Beca MULTIVERSO le ha permitido hacer realidad y que incide en un tema recurrente a lo largo de su carrera: las crisis y contradicciones del universo juvenil. “El tema central del vídeo es la noción de falsa libertad con la que viven muchos de los jóvenes inmersos en las dinámicas consumistas del primer mundo. Las grandes marcas y corporaciones que crean estas dinámicas hace tiempo que han puesto los ojos en los más jóvenes, en cuanto consumidores que representan una cuota de mercado importantísima. Por ello son capaces de no solo pasar por alto algunas de sus trasgresiones sino de fagocitarlas y convertirlas en atractivos productos de consumo”, explica el autor. “En plena fase de socialización, los adolescentes utilizan estas marcas como modelos de conducta y herramienta con la que forjar su propia identidad frente a los demás. El vídeo propone en clave de ficción una sencilla pero efectiva asimilación entre los ‘piercings’, modificaciones corporales procedentes de la cultura urbana, con los ‘chips de rastreo’ que utilizan los científicos para capturar datos de las distintas especies animales con el fin de conocer el dónde, el cuándo y finalmente el porqué de sus hábitos y costumbres”.

El relato se apoya en una puesta en escena que “hace alusión al género documental sobre temas de naturaleza –al otorgar características animales a una comunidad de jóvenes que evoluciona por un bosque a altas horas de la noche- y al lenguaje publicitario más incisivo”, con el fin de “incorporar puntos de vistas y reflexiones insospechadas e inéditas”.

Congost valora cómo gracias a la Beca Multiverso “he conseguido profundizar en mi voluntad de llevar a cabo proyectos con un lenguaje fílmico cada vez más complejo, mejor planificado y, en definitiva, más cercano al cine. Tengamos en cuenta que estos trabajos pueden llegar a tener un alto coste económico y por esta razón no siempre es posible llevarlos a cabo en el momento que uno cree más conveniente: es realmente significativo el hecho de haber podido disfrutar de una de estas becas”.

Laura Baigorri, comisaria de la exposición y profesora titular especialista en Arte y Nuevos Medios en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, destaca que, con ‘The Wolf Motives’, Carles Congost “se adentra en el oscuro e intrincado bosque de la adolescencia-casi-juventud, esta vez para cuestionar la manipulación consumista establecida en torno a sus propios signos de identidad. La estética seductora de sus escenas y personajes no debe llevarnos a engaño pues, como en casi todas sus obras, introduce un caballo de Troya en esta crítica ficcionada: a la puesta en escena aséptica, cortada con bisturí, le acompaña una calidad en alta resolución e impecable factura que convierten el vídeo en ‘producto publicitario de alta gama’; es decir, en aquello que critica. Y es que todos sus dulces dejan un poso amargo tras degustarlos”.