Este primer acuerdo para el desarrollo del programa se ve ahora reforzado con la firma de un nuevo convenio de colaboración para la promoción conjunta del Programa de Becas Multiverso a la Creación en Videoarte, que la Fundación BBVA promueve desde 2014 con el fin de proporcionar ayudas a la creación innovadora.

La colaboración –que tendrá una duración mínima de dos años prorrogables–, se inicia en la convocatoria de becas del presente 2018 y continuará el próximo año en la convocatoria 2019. A través de este nuevo convenio se establece la gestión conjunta de las becas entre el museo y la fundación, que se inicia en el proceso de selección de los beneficiarios –que, de conformidad con las bases, se llevará a cabo por una comisión evaluadora integrada por expertos y presidida por los directores de ambas instituciones–y culmina con la exposición en el museo de un número significativo de las propuestas desarrolladas.

De este modo, se completa el objetivo de apoyo a la videocreación en todo su proceso, desde la ayuda a los creadores para su desarrollo hasta la exhibición en el museo para su difusión pública.

Con motivo de la segunda edición del Programa de Videoarte y Creación Digital conjunto entre el Museo de Bellas Artes y la Fundación BBVA –patrono de la Fundación Museo de Bellas Artes de Bilbao– se presenta un vídeo inédito y una videoinstalación que tienen su origen en el Museo Nacional del Prado y en una de sus obras más representativas.

El video NEGRO y Luz, del artista Álvaro Perdices, realizado gracias a una Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales de la Fundación BBVA (2015) y que ahora se exhibe por vez primera, es un ensayo fílmico y fotográfico sobre salas y obras del Museo Nacional del Prado que se desarrolla durante la noche. La oscuridad y la presencia del negro se suceden en monocromías, interrumpidas por la luz de las obras y sus reflejos, mientras alternan lo figurativo, lo abstracto y lo objetual.

Por otra parte, la obra del Bosco El jardín de las delicias es el punto de partida de la videoinstalación Jardín infinito. A propósito del Bosco del artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz. Producida en 2016 por el Museo del Prado con el propósito de conmemorar el V centenario de la muerte del artista, esta espectacular multiproyección permite experimentar el célebre tríptico en un entorno sensorial y perceptual en el que el espectador camina, y comparte con los personajes de la obra, el Paraíso, el Jardín o el Infierno.

Ambas videocreaciones se presentan en el marco del Programa de Videoarte y Creación Digital, que se inauguró en 2017 con la exhibición de Different Trains, de la artista Beatriz Caravaggio.

NEGRO y Luz

2015-2017

Idea y proyecto: Álvaro Perdices (Madrid, 1971)

Música original: Enrique Borrajeros (Albacete, 1973) y Jordi Comellas (Manresa, Barcelona, 1966)

Vídeo. 2 h 25 min

NEGRO y Luz es un ensayo fílmico y fotográfico de las salas y obras del Museo Nacional del Prado que se presenta al público por primera vez. Su narración acontece durante la noche, a museo cerrado, con poca iluminación o casi ausencia de luz. Esta filmación propone la experiencia visual de la pintura y la institución en cuatro segmentos que abordan aspectos como la escritura pictórica, la luz y su ausencia, la interpelación de las obras y el acto fílmico como hecho performativo que lee y construye imágenes.

La duración de este audiovisual puede coincidir con la de una visita al Museo del Prado, pero la lentitud y el ensimismamiento de la cámara permiten un acercamiento inusual. El alejamiento de una visión documental e informativa conduce a cada espectador a una lectura individual de las pinturas del museo desde la proximidad de lo íntimo, táctil, emocional o vital. La institución y sus contenidos se sumergen en un cuarto oscuro en el que la luz emancipa la posibilidad de ver y leer la materialidad de la pintura. La oscuridad y la presencia del negro se suceden en monocromías interrumpidas por la luz que emana de las obras y sus reflejos, mientras se alterna la percepción de lo figurativo, lo abstracto y lo objetual. La filmación se acompaña de una selección de pequeñas fotografías fijas que construyen otra visión del Prado apenas iluminado.

NEGRO y Luz ha sido desarrollado gracias a la Beca Leonardo a Investigadores y Creadores Culturales otorgada por la Fundación BBVA a su autor, Álvaro Perdices, en 2015.

Jardín infinito. A propósito del Bosco

Obra producida por el Museo Nacional del Prado, 2016

Idea y proyecto: Álvaro Perdices (Madrid, 1971) y Andrés Sanz (Madrid, 1969)

Música original: Javier Adán (Madrid, 1975) y Santiago Rapallo (Madrid, 1974)

Videoinstalación. 75 minutos

El célebre Tríptico del jardín de las delicias es el punto de partida de esta original videoinstalación que, tras su presentación en el Museo Nacional del Prado en el año 2016 con motivo del quinto centenario de la muerte del Bosco, se muestra ahora en la sala 33 de nuestro museo.

Jardín infinito. A propósito del Bosco consiste en una multiproyección de una pieza audiovisual distribuida en 16 canales de video y 10 pistas de sonido, con una duración aproximada de 75 minutos, en la que las imágenes de la pintura del Bosco son objeto de reinterpretación y reelaboración.

El artista Álvaro Perdices y el cineasta Andrés Sanz son los autores de este proyecto que incorpora una composición musical expresamente creada para la obra por los músicos Javier Adán y Santiago Rapallo.

Jardín infinito ha sido diseñada para crear un ambiente “inmersivo” que nos sumerge en el tríptico del Bosco desde un espacio perceptual. Los autores han partido de la célebre pintura de la colección del Museo del Prado “como si fuera un mapa […] para crear itinerarios, viajes…”. Así, a partir de imágenes en alta resolución de las que se han extraído multitud de detalles, se construyen composiciones que “bañan” las paredes de la sala para crear un enorme tapiz pictórico que permite al espectador adentrarse en el Paraíso, el Jardín o el Infierno, con su multitud de seres, criaturas y cuerpos.

En la videoinstalación se diseccionan, recortan y ensamblan detalles de los múltiples mundos pictóricos del cuadro, generando un espacio completamente sensorial, envuelto a su vez por un paisaje sonoro dotado de acentos tridimensionales. Las imágenes fragmentadas, los cambios de escala o las sorprendentes micronarrativas adquieren una nueva dimensión, suscitando el primigenio asombro que la obra del Bosco siempre ha despertado.

Estos detalles dislocados forman un itinerario y paseo por esa “pequeñez importante” que fascina y se rebela ante la incapacidad de experimentar el todo de un dispositivo espacial que disuelve el objeto en la experiencia.