LA EXPOSICIÓN
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Laura Baigorri‘Sincronías 2016’ presenta a diez artesanos de la península ibérica trabajando en la fabricación de una serie de esculturas cuya singularidad formal y tiempo exacto de producción han sido calculados para responder simultáneamente a acontecimientos relevantes a lo largo del año 2016. El vídeo va acompañado de los objetos escultóricos resultantes de la sincronización. Con ello se pretende dar una visión parcial de un momento histórico determinado a partir del cuestionamiento de las jerarquías de la información y, sobre todo, del mito que vertebra el Occidente contemporáneo: el mito del progreso lineal de la temporalidad.
Este mito se sirve de otros: el historicismo y el positivismo. El primero, como lectura en clave diacrónica del conjunto de los hechos, y el segundo, como discurso que abarca el conjunto de lo real en base a la racionalidad de la ciencia técnica. Estos tres mitos comparten una temporalidad única, la diacronía. Cuestionar la temporalidad a partir de la cual aprehendemos el total de lo real, es entrar de lleno en la diferencia entre una Modernidad que nombra la historia entera occidental -y cuyo programa es dominar el mundo a partir de los ideales del progreso y la superación continua-, y una era que parte de unos presupuestos radicalmente diferentes. Desde este punto de vista, la obra ‘Sincronías 2016’ funciona como un antimonumento. La sincronía escapa/resiste/combate dos de los presupuestos básicos asociados a la idea de monumento en la modernidad: la interpretación lineal del tiempo y la noción de fundamento.
Los acontecimientos sincronizados han sido el Brexit (cerámica), los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (hierro), los debates entre Hillary Clinton y Donald Trump (madera), el regreso del diestro José Tomás (barro), el cierre del Louvre debido a las inundaciones (piedra), la conjunción Venus-Júpiter del 27 de agosto (ocarina), las migraciones animales de otoño (cuero), los 314 días sin Gobierno en España (forja), estadísticas en tiempo real de fenómenos celestes (vidrio) y el regreso de ISIS a la ciudad de Palmira (vidrio soplado al mandilón).