LA EXPOSICIÓN
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Laura BaigorriPiri Reis, navegante otomano del siglo XVI, cartografió las costas del sur de América —correspondientes al actual territorio de Argentina— antes de que llegaran a ellas los europeos.
Lo hizo sin que nadie se explicara cómo, salpicando aquellos territorios de seres mitológicos y extraños, componiendo la imagen de un mundo que solo se podía intuir y narrar desde el mito.
Siglos después, cuando las recién nacidas naciones de Argentina y Chile necesitaron expandirse para sumarse al incipiente capitalismo, se avanzó sobre las tierras desiertas y desconocidas del sur, operando a la inversa, articulando mitos para invisibilizar lo que ya era conocido pero debía ser amputado de la historia y de los mapas.
En ambos países existía una tierra, en principio lo suficientemente vacía e inhóspita, de la que había que desplazar —o en último caso exterminar— a un escaso puñado de habitantes que no suponían más que un obstáculo para el progreso de la nación. Paralelamente, este proceso y los mitos que de él se desprendían —el indio salvaje, el desierto silencioso, la misión civilizatoria del hombre blanco— quedaban fijados en la mente colectiva gracias a manifestaciones estéticas como la literatura, cuyas páginas, cargadas de violencia textual, proveyeron durante más de un siglo de figuras simbólicas a las élites dirigentes.
‘PIRI REIS. La continuación de un mito’ es una obra que se desarrolla en torno a vacíos y ausencias, si bien su fin no es tanto reescribir una historia como transportar a la recurrente pregunta acerca de qué otras narraciones, con una importancia en clave propia, quedaron al margen de la oficialidad.
La poética construida a través de los gestos de los miembros del pueblo mapuche —como ejemplo de resistencia de todo un continente—, la presencia de esos cuerpos que bailan y luchan, su sola existencia, son el testimonio vivo de una fuerza que articula un presente y un futuro más allá del papel que la historia oficial les quiso asignar.